Este es un artículo de invitado de Francisco Fortuño, coach, mentor de Hombres y creador la primera comunidad de desarrollo personal y sexualidad para hombres, Hombres Evolucionantes, cuyo propósito es ayudarles a vivir una vida con más libertad, amor y propósito.
Cuando Francisco me propuso escribir un artículo de invitado en Habilidad Social sobre los mitos del cerebro masculino, la verdad es que sentí dos emociones enfrentadas.
Por un lado, la duda de saber cómo iba a tratarse un tema tan controvertido como las diferencias entre mujeres y hombres, en las que personalmente considero que hay un factor socio-cultural impuesto enorme.
Y por otro, la emoción de saber que le iba a dar un enfoque totalmente científico y práctico, lo que sin duda iba a ayudar a los lectores de Habilidad Social, independientemente de su sexo, a comprendernos un poco mejor y empatizar más con las personas que nos rodean.
Creo que ha conseguido arrojar luz a un tema donde puede existir mucha mitología, así que, sin más preámbulos, te dejo con su artículo.
Un largo camino por recorrer
Aún queda camino por recorrer, sin embargo, en el siglo XXI, al menos en el mundo desarrollado, poco a poco vamos generando una sociedad en la que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos y obligaciones sin distinción de género.
Hay teorías que dicen que las diferencias que observamos entre los dos géneros son genéticas y fruto de la evolución, mientras que otras dicen que son socio-culturales, producto de la educación que recibimos. Aunque es un debate fascinante, no es lo que nos va a ocupar en este post.
Pensar que hombres y mujeres éramos iguales me supuso un problema durante mucho tiempo, porque cada vez que esperaba que una mujer actuara de la misma manera que yo ante un determinado suceso, me frustraba cuando no ocurría así.
Por ejemplo, recuerdo una de mis primeras novias, cuando aún era un adolescente.
Los lunes en el instituto después de pasar el fin de semana separados yo lo único que quería era conectar físicamente con ella, “enrollarnos” como se llamaba entonces.
Sin embargo, ella sentía la necesidad de compartir antes lo que había hecho el fin de semana. Y esto creaba conflictos que ninguno de los dos éramos capaces de entender.
Se trata un pequeño ejemplo, pero te puedes hacer una idea de cuántos problemas traen en la convivencia de las parejas estas diferencias.
Mi conclusión ahora es que somos muy distintos. De hecho, si miro hacia atrás, muchos conflictos en mis relaciones han aparecido por pensar lo contrario.
Por suerte, la ciencia sigue avanzando. Y ahora sabemos mucho más sobre cómo funcionan el cerebro masculino y el femenino, y en qué se diferencian. Así que en este artículo voy a compartir contigo algunas claves para que comprendas mejor cómo funciona el cerebro masculino y cómo puedes ser más consciente de ello tanto si eres hombre como si eres mujer.
De este modo comprenderás por qué actúas como actúas o por qué tu pareja a veces se parece más a un zapato que a un hombre.
- Si eres hombre, te vas a sentir identificado seguro en más de una ocasión, y quizás esto te sirva para ser más amoroso contigo mismo entendiendo de dónde vienen algunas de tus actitudes en la vida.
- Si eres mujer, espero que esto te sirva para empatizar más con ellos y para entenderlos un poco mejor, ya que ellos, en general, no suelen compartir cosas tan personales con vosotras.
Y para ambos espero que este post contribuya a un objetivo común, que creo que todos compartimos, que es convivir en un espacio de armonía, disfrutado las similitudes y abrazando las diferencias que hacen que la vida sea mucho más entretenida, para así encontrar una forma de dejar la lucha y convivir en el amor.
¿Empezamos?
7 mitos sobre los hombres que la ciencia ha confirmado
Antes de nada, quiero hacer una mención especial al libro El cerebro masculino, de Louan Brizendine, neuropsiquiatra e investigadora americana. En sus páginas, la autora nos cuenta algunas revelaciones muy interesantes sobre este asunto.
De aquí he extraído la información científica para explicar varios mitos masculinos que son más ciertos de lo que a la sociedad le gustaría admitir.
Pero no nos confundamos: con este post no busco justificar comportamientos inaceptables, machistas o violentos. Solo pretendo arrojar luz sobre estos mitos y explicar por qué los hombres hacemos las cosas que hacemos.
Por supuesto generalizar es errar y no todas las mujeres u hombres son iguales. En algunos puntos te verás reflejado y en otras no, pero con un poco de sentido del humor seguro que pasarás un buen rato y quizás aprendas algo que te sirva para mejorar tus relaciones, para conocerte mejor si eres hombre o para aprender más sobre los hombres si eres una mujer.
Mito #1: El hombre busca soluciones, la mujer empatía
Si eres un hombre te habrás visto en esta situación muchas veces: tu pareja te cuenta una situación dramática, así que mientras escuchas identificas tu solución al problema y se la ofreces.
Ella se enfada.
Tú de repente no entiendes nada, porque según tú acabas de “arreglarle” el problema… ¿Te suena la historia?
En tal caso, lo más seguro es que no caíste en la cuenta de que ella solo necesitaba compartir su situación contigo, hablar del problema para desahogarse.
Pero claro, para un hombre esto es más difícil que solucionar el asunto en sí y, para ello hay una explicación científica: la ciencia ha demostrado que la parte del cerebro encargada de buscar soluciones (unión temporo-parietal) está más activa en el cerebro del hombre que en el de las mujeres.
Además, sabemos que el procesamiento emocional del cerebro masculino y femenino es diferente.
El del hombre se inclina más a usar el sistema de circuitos cerebrales de análisis y búsqueda de soluciones, mientras que el de la mujer utiliza más el sistema de la empatía emocional.
Así que si eres un hombre, la próxima vez que tu pareja te cuente un problema prueba simplemente a escuchar y, aunque tengas la solución, no la compartas a no ser que te invite a hacerlo.
Y si eres mujer, ten en cuenta que cuando tu pareja te quiera solucionar la vida no te lo tomes a mal; simplemente, está programado así de fábrica y, además, lo hace desde el amor.
En lugar de tener que buscar soluciones para la vida de la mujer con la que compartes tu vida, ofrécele una escucha activa y con el corazón abierto. Es mucho más efectivo que solucionarle la vida.
Mito #2: Mujeres y hombres sienten las emociones de manera distinta
Hasta hace muy poco, se creía que las diferencias en el modo de sentir y expresar las emociones en hombres y mujeres se debía únicamente a la educación y al entorno sociocultural.
Si bien es cierto que especialmente en la infancia y la adolescencia, se nos programa de manera diferente a hombres y a mujeres, también es cierto que existen diferencias biológicas que explican que, en efecto, no somos iguales.
Desde mi experiencia, sé que una de las principales acusaciones de los hombres respecto a las mujeres es que son demasiado emocionales y las mujeres suelen quejarse de que los hombres son incapaces de sentir (o al menos de expresarlo).
Cómo funciona el cerebro masculino respecto a las emociones
Voy a ponerte un ejemplo cotidiano, similar al anterior, para que puedas entender esto de una manera clara: pongamos que se da una situación en la que un hombre está frente a su pareja, escuchando como ella le cuenta, mientras llora, que su jefe la trata mal.
En ese momento, en el cerebro del hombre se activa el sistema neuronal especular: esto quiere decir que sus neuronas espejo se ponen a funcionar y ese hombre siente el mismo dolor emocional que su mujer.
Esto es lo que llamamos empatía emocional.
Hasta aquí el proceso es el mismo en hombres y mujeres; sin embargo, a continuación se activan en el cerebro del hombre los circuitos cerebrales de análisis y búsqueda de soluciones , lo que es lo mismo, de empatía cognitiva.
El hombre ya no está sintiendo las emociones de su pareja, porque esta parte del cerebro proporciona una nítida frontera entre las emociones del otro y de él mismo.
Así, libre de emociones ajenas, el hombre puede depositar toda su energía en buscar soluciones.
Parecer ser, pues, que la misión del hombre a lo largo de la evolución ha sido la de buscar soluciones a las adversidades con el fin de mantenerse con vida, y de ahí la necesidad de evitar que las emociones le nublen el juicio.
Esto explica que el hombre, en general, sea menos emocional que las mujeres.
Otros datos de interés que explican esta teoría son los siguientes:
- Algunos investigadores creen que los varones humanos han conservado la barba para parecer más fieros y ocultar sus verdaderas emociones
- En la jerarquía masculina de los primates y humanos, la cara de enfado sirve para mantener el poder y corresponde a los hombres con más nivel de testosterona
¿Y qué dice la sociedad si un hombre expresa sus sentimientos?
Socialmente no está demasiado aceptado que los hombres expresen sus sentimientos y, sin embargo, a nadie le sorprende un hombre furioso.
Y, aunque pueda parecer mentira, muchos hombres sufren por eso.
El mensaje onmipresente de la sociedad es que los hombres debemos ser fuertes, independientes y valientes. Crecemos con la presión de inhibir el miedo y el dolor, de ocultar nuestras emociones más tiernas, de afrontar los desafíos con fuerza y seguridad.
Esta imposición, además de reforzar el rasgo evolutivo, nos ha desconectado de nosotros mismos. Ser buscadores de soluciones no nos hace menos humanos: sentimos, pero hemos aprendido a no prestar atención a nuestras emociones.
En mi caso llevo ya varios años trabajando con mis emociones y aún me cuesta mucho conectar con la ira o la tristeza. Casi nunca lloro, y cuando lo hago es por tonterías. La última vez fue viendo la película de Pelé el futbolista.
Ahí estaba yo en un avión mirando a ambos lados para que nadie se diera cuenta de que estaba llorando porque Pelé y sus amiguitos del barrio habían ganado el campeonato benjamín.
En los últimos años he descubierto un poder que es más grande que el del hombre que se traga todo lo que siente para parece fuerte. Se trata del poder de la vulnerabilidad. Cuando en uno de mis Círculos de Hombres alguien es capaz de compartir sus problemas y esas partes en las que se siente menos seguro automáticamente se gana el respeto, la empatía y hasta la admiración de la mayoría.
Ser hombre y mostrarse vulnerable también es sexy, te lo podrá decir cualquier mujer.
Cuanto más mayores, hombres y mujeres nos parecemos más
Se ha comprobado que, hormonalmente hablando, el cerebro masculino maduro se asemeja más al cerebro femenino maduro.
La testosterona pierde presencia y los científicos creen que el hombre, con un equilibrio diferente de los combustibles que alimentan su cerebro, puede ser más receptivo a la oxitocina, la hormona de los abrazos y el afecto.
Esto explicaría por qué algunas mujeres se sienten atraídas por hombres mayores que ellas, o por qué algunas parejas conflictivas empiezan a llevarse mejor cuando se hacen mayores.
Una conclusión para este punto es que si eres hombre te permitas conectar con esas emociones para vivir una vida más plena. La próxima vez que te sientes vulnerable prueba a compartir y verás lo que ocurre. Es magia. Y si eres mujer, te invito a crear el espacio seguro para que los hombres puedan compartir esas emociones sin juicio y mostrar su parte mas vulnerable.
Mito #3: El hombre tiene más ganas de sexo
Puede que «hombres y sexo» sea una de las asociaciones más potentes de nuestra sociedad.
El hecho de que un hombre pase mucho tiempo pensando en sexo y buscando practicarlo puede suponer una ofensa para muchas mujeres y hasta un insulto para muchos hombres, como si se les culpara por hacer algo sucio o erróneo.
Sin embargo, existen estudios científicos que demuestran que los hombres sí tienen más pensamientos relacionados con el sexo que las mujeres.
En 2011, por ejemplo, un grupo de investigadores de la Universidad de Ohio realizó un estudio publicado en el Journal of Sex Research que afirma que los hombres piensan en cuestiones relacionadas con el sexo unas 19 veces al día, de media.
Las mujeres lo hacen un poco más de la mitad: 10 veces.
Sorprendente, ¿verdad?
Así, parecería cierto que el hombre tiene una tendencia biológica muy marcada hacia el sexo: piensa mucho en sexo e intenta tenerlo lo máximo posible. Además, no hay nada de malo en ello, alguien tenía que preocuparse de que la especie no se extinga, ¿cierto?
A continuación, te expongo unos cuantos datos que explican los motivos por los que el hombre estaría más pendiente del sexo que la mujer (siempre hablando en términos generales):
- El área del impulso sexual (área prótica medial) es 2.5 veces más grande en el cerebro del hombre que en el de la mujer.
- Los investigadores han observado que, cuando un hombre se siente sexualmente atraído por una mujer, quiere acostarse con ella lo antes posible. Para los hombres de este estudio, ¡una semana era un tiempo de espera excesivo!
- En el cerebro reptiliano del hombre, el apareamiento significa que su ADN y sus genes se prolonguen a la siguiente generación. Es decir, que el sexo aquí tendría como función conseguir que su estirpe se siga expandiendo.
- Para un hombre es mucho más fácil relajarse y desactivar la amígdala, el centro de alerta y peligro en el cerebro, antes de la relación sexual. Esto quiere decir que el hombre tiene mayor facilidad para disfrutar del sexo en cualquier circunstancia. Y además gracias a la eyaculación se siente más relajado después de tener sexo, aunque se produzca una pérdida energética (pero eso es otra historia…)
Más allá de estos datos, el comportamiento sexual es complejo y no sólo depende de la estructura del cerebro. Vivimos en una sociedad que constantemente nos instruye en lo que es correcto y lo que está mal.
Este condicionamiento ha enseñado a los hombres a medir su valía por su éxito (sexual) con las mujeres: cuantas más conquistas, más éxito.
Por otro lado, aunque el cerebro masculino esté diseñado para relacionarse con el sexo de una manera muy activa, hay que dejar claro que el sexo no sólo tiene una misión física.
Mantener relaciones superficiales y con el mero fin de aumentar la lista de conquistas suele dejar una sensación de vacío. Vergüenza, culpa y miedo son también enfermedades de transmisión sexual que todos sufrimos en alguna ocasión. Especialmente nos afecta a los que hemos nacido en un entorno católico.
En mi experiencia con el desarrollo personal, el descubrimiento del Tantra me ha ayudado a gestionar toda esa energía sexual y a poder elegir de una manera más consciente cómo, cuándo y con quien tengo relaciones sexuales.
Sin embargo, en mi cabeza todavía hay una voz que me insiste en buscar y aprovechar toda posibilidad de sexo y no es fácil mantener esa voz calmada.
Si te ocurre algo así te invito a que la próxima vez que experimentes esto te relajes un momento y observes de dónde viene esta necesidad. Te servirá para identificar qué parte de ti no está nutrida y tiene que ir siempre a buscar fuera de tu propio ser.
Mito #4: Los hombres son más superficiales
Según los indicios científicos, los hombres actuales hemos sido seleccionados biológicamente a lo largo de millones de años para sentirnos atraídos por las mujeres más fértiles.
¿Y cómo se identifica de primeras a una mujer fértil?
Hay ciertos rasgos físicos que se asocian a la salud reproductiva y los hombres captamos de manera inconsciente. Los investigadores han observado que la atracción hacia la figura del reloj de arena: pechos grandes, cintura pequeña, vientre plano y caderas anchas, está arraigada en los hombres de todas las culturas.
Esto parece indicar al cerebro del hombre que la mujer es joven, sana y que probablemente no está embarazada de otro hombre, con lo que podría ser una magnífica compañera para procrear y extender la especie.
Otro dato interesante: los investigadores de la universidad de California descubrieron que el cerebro masculino solo necesita dos centésimas de segundo para clasificar a una mujer como sexualmente interesante o no.
Estos datos, que mal entendidos pueden horrorizar a cualquier mujer, se explican porque poseemos cerebros desactualizados, preocupados por mantener con vida una especie que está de sobra extendida.
Fuera de este contexto, estos rasgos del cerebro masculino han servido para cosificar a la mujer y desconectar a los hombres de lo que realmente buscan en una pareja sexual. De todas formas, aún hay esperanza: la ciencia también ha demostrado que hay otras partes del cerebro más sofisticadas que nos permiten ser capaces de apreciar otros rasgos importantes de una mujer, como su inteligencia, su simpatía o su capacidad para amar y ser amada.
El cuerpo es una parte muy superficial, no tiene nada de malo y ya que lo tenemos lo podemos disfrutar al máximo sin embargo, podemos conectar de una manera mucho más profunda por ejemplo de manera energética, emocional o mental.
Estas maneras de conexión son mucho más satisfactorias al largo plazo que hacerlo solo físicamente.
Si eres mujer, la próxima vez que tu pareja se gira a mirar a una mujer puedes entender que es algo instintivo y que no lo hace por molestarte. Y tú, hombre, ¡A ver si disimulas un poco mejor! 🙂
Yo con mi pareja habla de manera natural de las mujeres bonitas que veo por la calle y ella me comenta qué le parecen. Esta es una manera muy natural de enfrentar este cuarto mito y que no produzca conflicto sino acercamiento.
Mito #5: Los hombres son más agresivos
Los hombres están involucrados en la mayoría de actos de violencia que ocurren en el mundo; tanto en el papel de víctima como en el de verdugo, y muchos de ellos están relacionados con conflictos sentimentales.
Estas son algunas de las explicaciones científicas de esta tendencia a la agresividad de los hombres:
- El área del cerebro masculino encargada de la inhibición de la ira, es más pequeña en el cerebro masculino, por lo que la expresión de la ira es una respuesta más común en el hombre que en la mujer.
- La zona encargada de la defensa del territorio (núcleo premamilar dorsal) que contiene los circuitos relacionados con el afán de superioridad, el miedo y la agresividad, es más grande en los varones.
- La amígdala, el sistema de alarma ante la amenaza, el miedo y el peligro, es mayor en los hombres.
- El sistema empático emocional (sistema neuronal especular), que se encarga de que una persona pueda sentir lo que otra está sintiendo, es más pequeño y menos activo en el cerebro del hombre.
A los hombres les cuesta parar una vez se enfadan. La ira se nutre de testosterona, vasopresina y cortisol. Estas hormonas reducen el miedo físico del hombre al adversario y activan su reacción de lucha territorial. Así que es un hecho biológico y científicamente demostrado que los hombres, en general, tienden a respuestas más agresivas.
No obstante, estos datos no justifican la violencia ejercida por los hombres, sino que demuestran una necesidad de autoconocimiento y conciencia urgente.
Por tanto, si el hombre se reconciliase con sus emociones y fuera capaz de entender sus reacciones, tendría también la capacidad de actuar con más conciencia en vez de reaccionar irracionalmente.
Es momento de darnos cuenta de que la gestión emocional es una de las asignaturas pendientes en esta sociedad. En mi caso, pasé muchos años sin permitirme conectar con la ira y lo que pasaba es que de vez en cuando explotaba haciendo alguna cosa incoherente e incluso peligrosa para mí, como romper una puerta de un puntapié sin previo aviso.
Si eres un hombre te invito a reflexionar sobre eso y a buscar maneras seguras de conectar con tu ira o frustración para que en ningún caso la acabes proyectando contra ninguna mujer ni ningún otro hombre.
Mito #6: Los hombres tienen peor memoria
Los estudios indican que hombres y mujeres recuerdan los hechos igual de bien, pero las mujeres recuerdan mejor y durante más tiempo los detalles de los acontecimientos emocionales.
¿La explicación? El cerebro tiene dos sistemas de memoria independientes:
- Por un lado, la memoria para los objetivos o acontecimientos no emocionales
- Por otro lado, la memoria realzada por la emoción.
Los hombres son mejores recordando hechos y cifras, mientras que las mujeres registran más claramente los detalles de la emoción que sentían en relación con los sucesos almacenados en la memoria.
Ahora entiendo por qué si pregunto a una mujer cuanta población hay en una ciudad, por ejemplo, muchas no me saben responder, mientras que yo tengo interés en estos datos y capacidad para recordarlos una vez los conozco.
Esto también explica por qué mi ex se acordaba perfectamente de aquella cosa que había hecho mal cinco años atrás cuando hacía cinco años (menos un día) que yo lo había olvidado 🙂
Con este mito se me ocurre un juego que puedes hacer con tu pareja y es recordar un momento que vivisteis juntos y que cada uno cuenta lo que recuerda de la historia. Así, podrás comprobar si este mito es o no real en ti mismo.
Mito #7: Los hombres no escuchan el llanto del bebé
A todos mis amigos papás, tal vez ahora entendáis que no sois malos padres. Parte de la culpa es de la biología, que no colabora.
Tanto el cerebro del padre como el de la madre se activan en áreas similares al oír el llanto de su bebé, pero el de la madre se activa de manera más intensa, por lo que se siente obligada a interrumpir el llanto mucho antes que el padre.
Entender que biológicamente la mujer está más predispuesta a socorrer al pequeño de la familia que el hombre puede evitar graves conflictos de convivencia familiar. Esto no quiere decir que siempre tenga que ocuparse ella de atender al bebé, ni mucho menos, pero tal vez debería aprender una buena técnica de codazo para que él se despierte a atender a su bebé.
Conócete a ti mismo y vive con más conciencia tus relaciones amorosas
Ahora ya conoces más en profundidad la realidad detrás de algunos de los mitos sobre los hombres que la ciencia y la evolución biológica respaldan. Pero no te equivoques: esto no justifica ningún comportamiento violento o despectivo ante la vida o ante tu pareja, sea hombre o mujer.
La arquitectura cerebral no está grabada al nacer ni al final de la infancia, como se creía antes. Nuestros cerebros son más plásticos y pueden cambiar con nuevos aprendizajes.
Esto supone que no somos víctimas de la evolución: tenemos la capacidad de hacernos seres más conscientes, dueños de nosotros mismos, de ser “seres evolucionantes”.
Hace muchos años que dejamos de ser simios y tenemos un cerebro moderno, el neocortex, que ahora nos permite elegir comportamientos de una manera mucho más consciente. Sin embargo, me gustaría pedir comprensión y paciencia. La sociedad nos exige mucho, los roles masculinos actuales están desfasados y muchos hombres andamos perdidos.
Muchos hombres no saben qué se espera de ellos exactamente, pero también sienten la presión de una exigencia difícil de satisfacer.
Algunos estamos en ello, averiguando de qué manera podemos ofrecer al mundo nuestro máximo potencial masculino. Vivimos un despertar colectivo al que cada vez se suman más hombres y mujeres.
Este es el comienzo de una nueva era de evolución.
El camino, desde mi punto de vista, pasa por conocerse a uno mismo y aprender nuevas estrategias que nos ayuden a vivir una vida más consciente, basada en el amor por uno mismo, por tu pareja y por el resto de los seres que habitan este precioso planeta.
De esta manera podremos conseguir ese objetivo tan bonito de dejar la lucha y convivir en el amor
*Todos los links y datos de los estudios los puedes encontrar en el libro El cerebro masculino de Louann Brizendine.
¿Quieres vivir una sexualidad consciente, profunda, disfrutando y dando más placer?
Desde la comunidad de desarrollo personal para hombres Hombres Evolucionantes, Francisco impulsa que los hombres se conozcan mejor y aprendan herramientas para una vida más consciente con servicios de coaching, talleres presenciales y online y retiros de desarrollo personal y sexualidad consciente.
Además, desde el 30 de abril está ofreciendo un training gratuito de sexualidad consciente para hombres. Consta de 4 vídeos que pueden ayudar a cambiar la sexualidad de cualquier hombre y apoyarle en su camino para ser más consciente y vivir la sexualidad de una manera más amorosa, profunda y satisfactoria.
Si eres un hombre y estás interesado, puedes registrarte aquí y si eres una mujer te pido que invites a los hombres que te importan, de esta manera les darás herramientas para que ellos también sigan evolucionando.
Manuel Cerezo dice
Hola! Este artículo me ha traído a la mente recuerdos y he conectado con sensaciones y emociones de una larga relación pasada en la que ambos sufrimos nuestra falta de conciencia en casi todos estos puntos. Miro hacia atrás y veo cuánto he cambiado desde entonces… qué pasada! Gracias por curraros y compartir este artículo de 10, se palpa que el impulso evolucionante se acelera cada vez más. Un fuerte abrazo y gracias nuevamente!!
FRANCISCO FORTUNO dice
Gracias Manuel,
Yo cuando lo leo también recuerdo todas las relaciones inconscientes y co-dependientes que tuve pero todas ellas me hicieron llegar a dónde estoy ahora que es muy feliz así que benditos aprendizajes.
Me alegro de que te haya gustado.
saludos
Jesús dice
Me ha gustado un montonazo Pau.
Qué currada de post.
Quiero aportar algo, yo leí cuando rompí con mi ex, que las mujeres sufren mucho más que nosotros al principio de la ruptura pero se recuperan antes y se vuelven emocionalmente más fuertes después del duelo amoroso.
Sin embargo, los hombres sufrimos menos al principio pero no llegamos a superarlo totalmente jamás:
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150812_salud_diferencias_hombres_mujeres_rupturas_amorosas_ig
Durante mi particular proceso de duelo, que aún continúa, he reflexionado mucho sobre porque ocurre esto, y he llegado a la conclusión de que como no hemos evolucionado nada desde la revolución cognitiva allá cuando todavía éramos cazadores recolectores y vivíamos en pequeños grupos, (Veáse Sapiens: De animales a dioses), si en aquella época una mujer embarazada perdía a su pareja, tenía que «desenamorarse» rápido para encontrar a otra pareja o grupo que la cuidase a ella y a su bebé porque si no, se podían dar por muertos y como los hombres no nos quedamos embarazados, pues nuestro proceso de duelo amoroso es más largo y menos eficiente, evolutivamente, nosotros no necesitamos superar un duelo rápidamente.
También sería muy interesante investigar científicamente, porque después de una ruptura uno se siente convencido de que jamás encontrará a alguien igual que la persona a la que perdió, porque el cerebro se obceca en creer que tenía que ser con esa persona o con ninguna otra, es algo ilógico y produce mucho sufrimiento, además, desde un punto de vista biológico evolutivo, esa persona en proceso de duelo incompleto pierde oportunidades de apareamiento, ¿por qué pasa eso?
Me fascinan todas estas cuestiones y echo en falta buenos estudios científicos, como el famoso informe Kinsey, que fue una revolución en su momento, ya nadie hace cosas así hoy día y sabemos tan poco comparado con lo que podríamos saber si esto se investigara a fondo y se produjesen buenos documentales.
A mi me gustaría ver un documental que mostrara las interacciones reales de un grupo de personas en una discoteca donde la gente baila, grita y liga si puede, para analizar los rituales, pautas de comportamiento, como se comportan los hombres y las mujeres en este entorno y que yo sepa tal documental no existe, por ejemplo.
O porque está tan extendido el mobbing en los entornos laborales, académicos con la de dinero que pierden las empresas, gobiernos, administraciones y nadie lo investiga o promueve medidas eficaces para erradicarlo.
A la espera de más post como este.
Gracias y un abrazo¡
FRANCISCO FORTUNO dice
Hola Jesús,
Me alegra que te haya gustado el post, lo escribí con todo el cariño.
La verdad que los estudios que planteas me parecen súper interesante y la teoría de las mujeres y los hombres sobre la ruptura tiene todo el sentido.
A ver si alguien se anima a estudiarlo.
saludos
Laura dice
Contenta de volver a verte por aquí Pau! Creo que has estado metido en muchos proyectos últimamente 🙂 Y muy interesante el artículo de Francisco!
FRANCISCO FORTUNO dice
Gracias Laura,
Me alegro de que te guste el post.
saludos
Germán dice
Me ha gustado mucho el artículo, es muy interesante.
Lo que no acabo de entender es el tono en el que está escrito…. como pidiendo perdón cada 2 frases.
Entiendo que en el momento actual hay que tener un poco de cuidado y sensibilidad a la hora de hablar de estos temas, pero… no estamos hablando de opiniones personales, sino de ciencia, ¿no?
Es que a veces da la sensación de que pides perdón por ser hombre.
Por cierto, en cuanto a que los hombres somos más superficiales… yo creo que en eso hombres y mujeres vamos a la par: los grupos musicales para adolescentes llenan estadios enteros sólo de mujeres, por poner un sólo ejemplo.
FRANCISCO FORTUNO dice
Hola German,
Una parte del trabajo que hago va justo a que no tengamos vergüenza de ser hombres y que no tengamos que pedir perdón por ello, al revés que lo celebremos un comunidad y te aseguro que es así en los talleres y retiros.
Gran parte del post es ciencia y otra gran parte es mi experiencia personal. La idea es compartir unos conocimiento no crear crispación así que el tono es muy suavecito.
Si vas a mi blog podrás ver otras cosas más «arriesgadas» quizás.
saludos
Rocío A. Aviña dice
Gracias Pau por compartir estos temas que nos ayudan a crecer en conocimiento y canalizar nuestras emociones. Me ha parecido muy interesante e útil estos 7 mitos sobre los hombres, creo que si tanto hombres como mujeres leemos con consciencia estos datos, nos entenderemos y nos comprenderemos mejor.
FRANCISCO FORTUNO dice
Esa es justo la propuesta, menos enfrentamiento y más conocernos para que exista más empatía y compasión de unos a otros.
un fuerte abrazo y me alegro de que te gustara el post
Marco Gudiño Mejía dice
¡Impactante! Lo estudiaré detenidamente; pero ya es mucho para saber que los hombres buscamos soluciones y las mujeres empatía para depositar sus problemas. Por lo pronto puedo decir que la incidencia de su cultura es prominente. En cada lugar, región o pueblo ellas tienen un comportamiento muy diferente, que en algunos casos nos agradan mucho.
Marco Gudiño Mejía dice
¡IMPACTANTE ARTÍCULO! Lo estudiaré detenidamente; pero ya es mucho saber que los hombres buscamos soluciones y las mujeres buscan empatía para depositar sus problemas. Por lo pronto puedo decir que la incidencia de su cultura es prominente. En cada lugar, región o pueblo, ellas tienen un comportamiento muy diferente, que en algunos casos nos agradan mucho.
Cesáreo dice
Es muy importante conocer, desde joven, las diferencias que existen entre hombres y mujeres, desde el punto de vista del cerebro, los conflictos generados por ese desconocimiento han causado muchas separaciones, desde la escuela se debería enfatizar en estas diferencias para una mejor convivencia.
FRANCISCO FORTUNO dice
Totalmente de acuerdo contigo Cesareo, para eso compartimos está información.
saludos
Belén dice
Soy mujer y la verdad es que no creo que la actitud que se describe en el mito uno sea una cuestión de género. Me parece que es más bien una mala costumbre que muchas personas tenemos: pensar que cuando otra persona nos cuenta un problema es para que busquemos una solución y reponder dandole consejos, no entender que a veces lo único que el otro busca es un poco de empatía y poder desaogarse. Creo que es un error que cualquiera puede cometer.
FRANCISCO FORTUNO dice
Hola Belén,
Es cierto que muchas mujeres caen en el mismo error, sin embargo la ciencia nos muestra que el cerebro masculino está más orientado a ese tipo de actitud, sin embargo podemos transformar ese cerebro y para bien o para mal cada vez somos más similares.
Te mando un abrazo
Carlos dice
Muy interesante el artículo, comprender que los varones y mujeres somos iguales y que las diferencias estan relacionadas a los aspectos neuroemocionales, que nos sabemos y no nos enseñan, para convivir en una sociedad más justa e igualitaria entre varones y mujeres. Desterrando para siempre la diferencia de género.
Nóel Odanen dice
Vive holgado. Si tienes que forzarlo, no es de tu talla. Zapatos, pantalones, relaciones… ☺
Ana Onieva dice
Es muy interesante, supongo que si tenemos en cuenta estas diferencias seremos más comprensivos al relacionarnos con el otro sexo. Aunque pienso que hay algunos hombres que son más emocionales que algunas mujeres y mujeres más resolutivas que algunos hombres, al igual que cada persona es un mundo distinto.
Mar Reus dice
Buenas, Pau!
He leído tu post y me ha resultado muy interesante. Me encanta ver que cada vez más, la gente intenta contrastar científicamente sus opiniones, en lugar de compartir simplemente su experiencia personal, pero hay ciertas observaciones que me gustaría hacer.
Soy neurobióloga de formación, y me dedico a la investigación sobre el comportamiento, el aprendizaje y la memoria, y no puedo evitar comentar que, especialmente en los temas de género, hay que tener mucho cuidado con la bibliografía que uno selecciona. La mayor parte de los artículos relativos a diferencias sexuales están sesgados por la opinión o ambiente de los investigadores que los llevaron a cabo; con ello quiero decir que el hecho de que haya un artículo que diga tal cosa no significa que el trabajo científico se haya llevado a cabo con el rigor que corresponde. Como bien comentas al principio del post, una parte más que sustancial de todas estas diferencias se desarrollan debido al ámbito cultural, social y afectivo donde crecemos y a menudo, poco tienen que ver con la genética o la fisiología de los sexos (lo cual, huelga decir, no las hace menos tangibles, son diferencias al fin y al cabo, y pueden ser veraces en nuestra sociedad, no me malinterpretes).
Es como hacer un estudio de habilidades en idiomas entre españoles y franceses, y concluir que los españoles tenemos más capacidad para aprender español: tu habilidad (que es innegablemente superior a la de un francés) no tiene que ver con tu genética, sino con el hecho de haber crecido en España. Eso mismo pasa con muchísimos estudios sobre género: sus conclusiones te hablan de cómo son los roles de género en esa sociedad (EEUU, hombre blanco, de clase media de entre 18 y 50 años), no de cómo es el hombre o la mujer, genética o fisiológicamente. Para poder atribuir esas características a hombres y mujeres (así, per se), los estudios deben haber sido llevados a cabo en multitud de sociedad distintas (que incluiría sociedades matriarcales y patriarcales, distintos continentes, razas, culturas, épocas e incluso primates semejantes, como el bonobo) y haber obtenidos los mismos resultados en todas ellas. Desafortunadamente, hay muy pocos estudios así, por lo que hay que ser muy consciente de qué información es la que nos dan estos artículos científicos.
Con todo esto, lo que pretendo recalcar es que estas diferencias que describes en tu post vienen generadas mayoritariamente por nuestra cultura y sociedad, no por la masculinidad o feminidad en sí.
Las culturas, al igual que el aprendizaje o las drogas, generan tipos de cerebros, con desarrollos concretos y específicos; me parece más probable que estas 7 diferencias hablen más de nuestra sociedad que del género masculino en general.
Gracias por generar debates de tanto interés!
Un abrazo!
cupo en dolares dice
Muy decuerdo contigo, cada uno de esos mitos son cierto de verdad, de alguna u otras forma lo son.
Anónima dice
Soy mujer y al ver el punto sobre la superficialidad pensé exactamente en el mismo ejemplo que Germán: esos grupos que explotan su apariencia física casi tanto como una mujer (en algunos casos con nulas dotes musicales, en el mejor de los casos con una música algo básica) y las seguidoras que piensan todo el día en tener sexo con uno o más de ellos, muchas veces sabiendo que no tienen ninguna posibilidad, y que un día se buscan un novio normal y ni ellas mismas entienden cómo pudieron gustarles esas bandas.
Yo creo que algunas cosas pueden ser más ambientales. Habría que ver qué pasaría en un caso de igualdad «ambiental»: una sociedad en donde lo normal en el hombre fuera ser así (recurrir a la imagen si no es un gran genio, jajajaj) o viceversa, una sociedad en donde a las mujeres no se les metiera tanta presión por arreglarse como si trabajaran en la tele (maquillaje y / o uñas pintadas o al menos brillo en los labios, peinados que se note que le dedicó más que una lavada y una peinada, zapatos bonitos y ropa sexy o al menos elegante, y si no lleva nada de eso es que es «poco femenina», o peor, está fallada de la cabeza :S) y desde los medios de comunicación se promocionaran más personajes femeninos haciendo énfasis exclusivamente en lo que hacen o saben (como muchos personajes masculinos).
Viviana dice
El artículo es interesante, pero aunque se base en investigaciones científicas y se justifique en la biología aspectos en lo que está totalmente equivocado. El mito 3: que el hombre tiene más ganas de sexo que la mujer es falso. A las mujeres nos fascina el sexo y pensamos mucho en ello igual que los hombres, pero muchas no lo reconocen públicamente porque se tiende a tacharla de sucia y depravada. El tema es que en la cama, el hombre resulta muy egoísta y prioriza en su placer y cuando acaba no le importa si su pareja logró culminar. Por ello a muchas mujeres no les atrae tener relaciones y pierden el interés o fingen, y por lógica piensan menos en sexo. Si el hombre es agresivo en el acto sexual tampoco atrae. Hay un aspecto que en la sociedad es mal visto y hace daño a las mujeres, la masturbacion femenina. Se considera inaceptable, sobre todo si se viene de un entorno con valores religiosos o tradicionalistas, eso no ayuda a que la mujer sea libre para conocer su cuerpo, y es obvio que este tipo de mujeres no va a pensar en sexo tan frecuentemente. En cuanto a lo superficial, las mujeres sí nos fijamos en el cuerpo masculino, también tenemos nuestro prototipo ideal y lo evaluamos igualmente en cuestión de segundos, solo que no nos estacionamos en ello, analizamos otros aspectos más importantes. Y lo último, se dice que la mujer es más emocional, posiblemente si biológicamente hablando porque el ciclo menstrual desordena nuestras hormonas, pero no nos sucede a todas, les pasa mucho a las mujeres con menstruacion abundante, que por lo general son las mujeres de cuerpo de reloj de arena. Hay ocasiones que los cólicos y otras molestias durante la menstruacion son tan fuertes que alteran el estado emocional de cualquiera y resulta ofensivo que se diga que la chica está loca o en «sus días», cuando los hombres no conocen ese tipo de dolor. Espero haber aportado algo que ayude a los hombres a entender un poco más a las mujeres, porque nosotras sí los entendemos, pero esperamos reciprocidad, para poder demostrar nuestra empatía hacia ellos.
Mary dice
Yo es que la atracción física tanto en hombres como en mujeres la asocio a emociones y entonces no lo entiendo, si un hombre de fija en una mujer por atributos sexuales como un pecho grande puede que no pero si la bonita eso ya es una emoción aunque no se trate de un sentimiento profundo claro está pero es que es muy difícil amar a una persona de primeras, lo primero que surje es la atracción y después puede quedarse en nada o ir a más, por tanto no entiendo como una ofensa que un hombre se sienta atraído por una mujer con una cara o un cuerpo bonito, otra cosa ya es una manera
de pensar y proceder grosera que no tiene nada que ver con la atracción sana y normal entre dos personas